La arquitectura, el urbanismo, y el diseño, hasta el siglo diecinueve, estaban dominados por el academicismo, que consistía en la repetición, en versión remozada de las glorias del pasado, surgiendo los llamados "estilos", tales como el neoclásico francés, el neogótico, el neobizantino, el eclético, etc. Para esta tendencia, denominada "historicismo arquitectónico", lo importante eran los grandes edificios públicos, los palacios y los templos.
Los hechos que forzaron la aparición de lo moderno, fueron el derrumbe del sistema político y social europeo posterior a la Gran Guerra, las grandes migraciones urbanas debidas a la revolución industrial y específicamente para la arquitectura y el urbanismo, el desarrollo de nuevos materiales tales como el acero, el hormigón, el vidrio laminado y el aluminio.